No he vivido en otro país. Tampoco pienso que todo lo de afuera sea mejor, pero estoy cansada. En la pollería: Quiero papas. Solamente papas fritas. No, señora, la papa no sale sola. En la anticuchería: Una porción de papas, por favor. No, señora, no tengo suficientes papas. La papa no sale sola. Joder, encima es el Año internacional de la papa, pienso y regreso a casa con las manos vacías. Se me ha ido el apetito. El poder judicial no me notifica: Sucede, pues, que no saben a qué distrito judicial pertenece mi dirección. En Lagunas, entrada a Pacaya Samiria, sí, en el puerto tienen un letrero donde dice: Turismo solidario, qué chucha será eso, pero yo no estaba haciendo turismo solidario, sino que estaba varada en ese pueblo infecto con dos gringos locos (mi novio y su madre, quien no se explicaba por qué no había corriente eléctrica todo el día y cien mil cosas más, después de un accidente en medio de la interoceánica donde nuestro chofer atropelló a uno que iba totalmente ebrio, ves...