El sol se estrella contra mis ojos. Y es verano, aparentemente. Y se estrella incluso dentro de una oficina, allí no puedo llevar los anteojos oscuros. Tengo entonces que poner mis ojos chinos y escribir algo, cualquier cosa. Pero el sol que se estrella no es otro que el sol reflejado en la pantalla de la computadora. Podría decir ordenador, es más musical, pero definitivamente huachafísimo. Me hace recordar a mi madre que de un tiempo a esta parte prefiere decir platicar en lugar de conversar, más precisamente desde que consiguió novio mexicano. Yo he tirado la toalla. Parece que está condenada a platicar por el móvil mientras se afeita con un rastrillo antes de la merienda. Felizmente todavía no la he escuchado decir aguacate en lugar palta. De pronto el sol trajo como un rayo a Reynaldo Arenas, quien con el pelo pintado de rayitos apareció y desapareció frente a mi computador. Mucho mejor que decir ordenador. Yo no puedo alejarme de mi niñez y esto realmente me jode. Me jode remit...