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JEAN BODIN Y LA REPÚBLICA

JEAN BODIN Y LA REPÚBLICA
Arianna Castañeda Valeria Fernández
Maestría en Gestión Pública
Curso: Organización del Estado
Universidad César Vallejo
Tarapoto
acastanedaf@gmail.com

Profesor: Dr. Rolando Reátegui


JEAN BODIN Y LA REPÚBLICA
Arianna Castañeda Valeria Fernández

Maestría en Gestión Pública
Curso: Organización del Estado
Universidad César Vallejo
Tarapoto
Abstract: Jean Bodin (born 1530, Angers, France—died June 1596, Laon)  was a French lawyer, economist, natural philosopher, historian, and is considered as one of the most prominent political thinkers of the sixteenth century. Bodin’s major writing, The Six Books of a Commonwealth (1576), gave him immediate fame and was influential in Western Europe into the 17th century. Bodin developed a theorization of sovereignty in which the power the sovereign holds should remain permanent, indivisible and absolute.
Palabras clave: Estado moderno, soberanía, filosofía política, absolutismo.

JEAN BODIN desarolló un pensamiento político que lo convirtió en un clásico. El autor nació en Angers, Francia en 1530. Fue el hijo de un sastre y recibió su educación temprana en Angers y París como miembro de la orden de los Carmelitas. Una vez que dejó la vida en el monasterio, estudió Derecho y posteriormente se desempeñó como catedrático en la Universidad de Toulouse. En 1561 inició la praxis de la abogacía en París.
 
Bodin ganó el favor del rey Enrique III de Francia y de su hermano, el duque de Alençon. En 1571 se convirtió en consejero del duque y fue nombrado abogado del rey en Laon en 1576. En ese mismo año fue nombrado como como delegado del Tercer Estado (plebeyos) en los Estados Generales de Blois. Allí, Bodin se enemistó con el clero y la nobleza al favorecer la negociación en lugar de la guerra con los protestantes franceses. Además tomó posición contraria a la demanda del rey de obtener ingresos adicionales a través de la venta de tierras públicas y dominios reales. Debido a ello, Bodin perdió los favores del Rey, no obstante permaneció al servicio del duque.

La obra más famosa de Bodin: Six livres de la république (1576) o Los Seis Libros de la República por su nombre en español, refleja su angustia por el caos en Francia durante las Guerras de Religión entre los calvinistas (hugonotes) y los católicos en la Francia del siglo XVI.

En 1583 Bodin regresó a Laon como procurador de la corte. El interés de Bodin pasó de la política a la religión y en sus escritos se ven reflejados estos cambios. Por ejemplo, En La Demonomanie des sorciers (1580; La demoníaca de las brujas), defendió la quema de brujas. En el Heptaplomeres (1588), un coloquio entre un judío, un musulmán, un calvinista, un luterano, un católico, un teísta y un epicúreo, sus personajes finalmente deciden que, dado que una religión es tan buena como la otra, deberían vivir juntasen la caridad. Asentado en Laon, ejerciendo como procurador, Bodin murió a causa de la peste en 1596.

En el pensamiento de Jean Bodin se pueden encontrar similitudes con el pensamiento de Nicolás Maquiavelo (Florencia, Italia 1469 – 1527) principalmente porque ambos se inclinan a favor de una forma de gobierno monárquica, ya que coinciden en que el poder debe recaer sobre una persona, un príncipe, un monarca.
No obstante, las intenciones de Jean Bodin al escribir Los seis libros de la República  fueron construir una corriente ideológica que sirviera para reforzar la idea de la unidad de la nación francesa[1], a diferencia de Maquiavelo, quien escribió su obra cumbre El Príncipe de 1532 (Il Principe en italiano) con el afan de buscar una Italia para los italianos y propugarnar la expulsión de los ivasores bárbaros.

Tanto Bodin como Maquiavelo propugnaron, pues, la necesidad de un Estado fuerte.  Podría afirmarse que Bodin completa, más de medio siglo más tarde, la obra de Maquiavelo. Pero el problema central ya no es ya la fragmentación de Italia sino la existencia en Francia de un Estado consolidado que debe ser reforzado mediante un incremento del poder del mismo y, es decir, del poder que detenta el monarca como cabeza del Estado.
Por otro lado, Thomas Hobbes también propende hacia un gobierno monárquico absoluto. La obra de Hobbes, refiriéndonos a El Leviatán, tiene como trasfondo histórico una Inglaterra durante la guerra civil[2] . Hobbes menciona que es necesario un pacto entre la comunidad y el Estado en el que las personas renuncian a algunos derecho que serán irrecuperables y quedaran en manos del monarca.

Los seis libros de la República es conocido por su nombre abreviado de La República. Este libro fue publicado en el año de 1576 y fue escrito en francés. El propio autor la tradujo al latín, por excelencia lenguaje culto de la época, y la publicó en esta lengua en París en 1586. En 1590 se publicó la primera edicion en castellano, cuya traducción estuvo a cargo de  Gaspar de Añastro Ysunza. En el presente trabajo se ha utilizado la edición publicada por la editorial Tecnos, cuya traducción fue elaborada por  Pedro Bravo Gala[3].
Este libro es considerado como la obra cumbre de Jean Bodin, en el cual el autor postula una justificación al ejercicio del poder absoluto. El aboslutismo es una forma de gobierno que se gestó en Europa Occidental durante los siglos XVI, XVII y XVIII y se basa en la centralización del poder en un rey.

Los orígenes del absolutismo datan desde la época del Imperio Romano, donde el poder central del Emperador se exaltó en detrimento del Senado y los comicios.  El poder estaba concentrado en la figura del Emperador, quien era dominus ab legibus solutus -señor absoluto, por encima de las leyes-, los otros poderes u órganos republicanos perdieron toda eficacia política.
En Los seis libros de la República se tocan diversos temas como: 
§  La república 
§  La soberanía
§  Las formas de gobierno
§  La familia
§  La propiedad privada
§  El senado, entre otros.
Bodin sostiene que los gobiernos ostentan el poder por mandato divino, ya que la Providencia instituye el gobierno en aras del bienestar de las personas. El gobierno consiste sustancialmente en el poder de mando que se expresa en la formulación de las leyes. Ergo, en un estado bien ordenado, el poder se ejerce acorde al principio de la ley divina y natural, es decir, las leyes fundamentales de la tierra, que han de cumplirse, así como también algunos derechos fundamentales como son: la libertad y la propiedad que se extienden a los gobernados.

Pero si acaso, se llegan a infringir estas condiciones se debe tener en cuenta que el soberano es quien manda y sus subordinados no deben rebelarse, ya que es su deber obedecer a su gobernante. Los principios que Bodin propone para un estado bien ordenado se basan en la doctrina de la soberanía.

Aunque admitió que podría haber diferentes tipos de gobierno, pensó que la monarquía era la más estable porque su soberanía no estaba dividida. Bodin hace una distinción entre tres tipos de sistemas políticos-monarquía, la aristocracia y la democracia en función de si el poder soberano recae en una sola persona en una minoría o una mayoría. Bodin mismo preferido una monarquía que se le mantenga informado de las necesidades de los pueblos Parlamento o por una asamblea representativa.


Resultar pertinente mencionar a la Matanza de San Bartolomé como antecedente histórico. Los Seis Libros de la República, pues esta obra fue escrita cuatro años después de la famosa y trágica matanza de San Bartolomé, acontecimiento en el que, por cierto, parece que el propio Bodin estuvo a punto de perder la vida.[4]


Las disputas religiosas entre católicos y protestantes representaban una amenaza para la unidad francesa. En este contexto, la autoridad y supremacía del Monarca eran cuestionados y era imperativo que resolviera tomar partido por alguna de estas dos posiciones religiosas. Esto llevó incluso a bosquejar la pérdida de la corona si no respondía a los intereses del pueblo.

Los Seis libros de la República es la respuesta de Bodin a este plantemiento, donde propugna la necesidad de contar un con un gobierno lo suficientemente fuerte, autosuficiente capaz de mantener el orden  y la paz.

Los Seis Libros de la República se dividide en seis libros y cuarenta y dos capítulos.
PRIMER LIBRO:
En este primer libro el autor establece las características esenciales de la República, los Bienes Supremos de la Republica, del individuo y de la parte intelectual. La aspiración de justicia de la República, considerando la diversidad. Bodin afirma que no existe más que un Dios eterno e infinito. La republica será feliz a medida que haya ciudadanos sabios y dichosos; la economía es un justo gobierno de muchos sujetos

Concibe a la familia como la base esencial del Estado. La familia es la verdadera fuente y origen de la República y su miembro principal. La relación de las familias con la República es tal que el buen manejo y desarrollo de aquellas se verá reflejado en el buen manejo y desarrollo de esta. La familia es fuente, origen, miembro y verdadera imagen de la república. La familia patriarcal será así, el modelo y el Estado deberá ser gobernado por una autoridad semejante a la autoridad del parte de la familia romana.  Las relaciones son similares a los Pater Familiae. Al menos tres familias forman una república. Dice que cuando el amo de la familia sale al exterior al negocio deja de ser amo para ser compañero, igual y asociado con otros

Todo gobierno es por mandato y obediencia cuando la libertad natural que cada uno tiene de vivir a su placer cae debajo de la autoridad de otro. La primera de estas formas o modalidades es la del poder del marido sobre la mujer, la mujer (legítima) debe sumirse al marido.
Los ciudadanos pueden ser naturales o naturalizados; la protección se extiende a todos los súbditos, pero es restringida. Establece diferencias entre ley y derecho. Establece los atributos de la soberanía.

SEGUNDO LIBRO:
Existen tres tipos de Repúblicas: si la soberanía reside en un solo príncipe se trata de una monarquía;  si participa todo el pueblo: será un estado popular  y si la parte menor es el pueblo, estamos frente a un estado aristocrático.

Asimismo postula que por la fórmula de la soberanía es imposible, incompatible e inimaginable combinar las formas de: Monarquía, Estado Popular y Aristocracia.
El autor afirma que es soberano quien, no pudiendo ser mandado por otro, puede mandar a todos. Toda monarquía es señorial, real o tiránica. La misma diferencia se da en los estados aristocrático y popular, cada uno de los cuales puede ser legítimo, señorial o tiránico.

Es monarquía real es aquel que se muestra tan obediente a las leyes de la naturales como él quiere que lo sean sus súbditos hacia él, dejando la libertad y la propiedad de los bienes a cada uno. La monarquía tiránica es aquella en la que el monarca, valiéndose de las leyes naturales, abusa de la libertad de sus súbditos libres y los trata como si fueran sus esclavos y  dispone de los bienes ajenos como de los suyos.

El reo de muerte quien ha pensado atentar contra la vida de su príncipe soberano, aunque luego se arrepienta. Jamás estará legitimado que el súbdito atente contra su príncipe soberano, aunque sea perverso, cruel y tirano.

La aristocracia es una forma de República en  al que la parte menor de los ciudadanos manda con poder soberano sobre los demás, en general, y sobre cada uno en particular.

El estado popular es aquella forma de República en la que la mayor parte del pueblo unido manda con poder soberano sobre los demás, en nombre colectivo, y sobre cada uno del pueblo, en particular.


TERCER LIBRO:
El Senado es la junta legítima de los consejeros de Estado para dar su parecer a los que tiene la suprema autoridad en toda la república, estaba conformado por los más sabios, los más dignos y los más reconocidos. Concibe al senado como el alma, la razón y la inteligencia de una república. El senado no depende de los príncipes y es establecido para dar su parecer a los que tiene la suprema autoridad, establecido para dar su parecer y no para mandar. No se puede establecer un número concreto de senadores
La prudencia de un príncipe se mide en saber conocer bien a los hombres sabios y prudentes y hacer una elección a propósito para seguir el consejo de ellos.
División de la república: Oficial, comisario, magistrados y príncipes. División  de ordenanzas y leyes.
La familia es una comunidad natural, el colegio es una comunidad civil, la republica es una comunidad gobernada por la suprema autoridad, la cual puede ser tan estrecha y pequeña que no tendrá ni cuerpo ni colegio, solamente muchas familias.
La amistad es el fundamento y el sustento de toda humana compañía.

CUARTO LIBRO:

Toda república tiene su origen en la familia multiplicada poco a poco o se forja de una vez en las multitudes juntada de la legión sacada de otra república.

La mutación de una república es un estado, se da cuando la suprema autoridad no recae en un príncipe o la señoría de los mayores, por mudanza de las leyes, costumbres, religión.

Entre los tres modos de gobiernos se pueden hallar las siguientes mutaciones: Monarquía  - Estado popular – Monarquía, Monarquía-Aristocracia, Aristocracia-Monarquía, Aristocracia-Estado Popular, Estado popular-Aristocracia.-

El estado también puede mutar de modo imperfecto; estado real a señorial, estado señorial a estado tiránico, estado tiránico a estado real, estado tiránico a estado señorial y estado señorial a estado real.
El fin principal de la república debe ser la virtud, la madre conservadora de paz y amistad. Los errores al instituir una república son: 1) Verde de cerca sobre los inconvenientes de una ley sin penetrar en bien que se sigue 2) Saltar de un extremo vicioso al otro extremo sin detenerse en el medio.
Los colegios, jueces y senadores son mutables por sucesión.
Los oficiales que se entienda perfectos, no tendrán autoridad de mandar y  de tenerla, ha de ser limitada.

QUINTO LIBRO:
Bodin establece una clasificación de tres tipos de personas: Meridionales, septentrionales y centrales. Las inclinaciones naturales de los pues son importantes para el establecimiento de las repúblicas, leyes y costumbres. Establece, además causa de sedición: la riqueza de muchos y la pobreza de otros. Dice que la igualdad de bienes es perniciosa para la república, pues se basa en la confianza y depende de promesas nacidas de convenciones legítimas.
La igualdad con referencia las herencias es un “robo disfrazado de igualdad”, pues no hay mayor odio ni enemistad que entre los iguales. No es posible la igualdad de bienes ente cabezas, critica a Aristóteles, Platón y Tomás moro por querer limitar el número de cabezas en una familia porque ellos no pueden mandar ni en la naturaleza.
La ley de Dios es la base para resolver las desigualdades, así se evita la usura. La división de bienes se debe hacer únicamente paras la fundación de una nueva república.
Los bienes confiscados deben ser del infractor de la ley.  Los honores se tienen que ganar, no pueden ser comprados.
Las ciudades deben estar ligeramente amuralladas a excepción de la capital del reino, que debe estar amurallada  como corresponde. Deben fortificarse las fronteras, pero no se debe invertir más de un tercio de las rentas en el pago a la milicia. La república misma depende de la protección de las armas, luego de la protección divina.

SEXTO LIBRO:
El censor es el magistrado más importante de la república. El mejor fruto de la censura y recuento de los súbditos es el conocimiento de la condición y oficio de cada uno y de los medios con que se gana la vida. Señala que el censo de los bienes es tan necesario como el censo de las personas En toda república la hacienda debe establecerse sobre una base cierta y durable.
El príncipe no puede alterar el peso de la moneda en perjuicio de los otros y menos aún en perjuicio de los extranjeros que tratan con él.  La ley y el peso de la moneda deben ser regulados adecuadamente para que ni príncipes, ni súbditos la falsifiquen
La Señoría aristocrática, no solo peligra sobre los enemigos extranjeros, sino también frente al pueblo, sujetarlo por la fuerza no es nada seguro, aunque se pueda, porque es tanto como ganarse el temor y desconfianz. La monarquía bien ordenada y real no se transmite por reelección ni por suerte, sino por recta sucesión al varón más próximo del linaje paterno, sin partición y con exclusión de las hembras. Pero No basta afirmar que la monarquía es el mejor estado y con menor número de inconvenientes, si no se añade  monarquía real. Tampoco basta decir que el estado real es el más excelente, si no se pone de relieve que debe ser templado por el gobierno aristocrático y  popular

CONCLUSIONES:
El concepto de soberanía y sus atributos es el aporte medular de Jean Bodin a la ciencia política y constituye los bases sobre el que sobreyace su filosofía política. Otro aporte es la distinción que hace entre tipos de Estado y formas de gobierno o, es decir, entre soberanía y gobierno. La teoría moderna del estado surge con la formación del Estado moderno nacional y la centralización política de la monarquía
Además, Bodin crea una clasificación de las formas de Gobierno:
§  LA MONARQUÍA: cuando la facultad de crear leyes se concentra en un solo hombre.
§  LA ARISTOCRACIA: cuando la facultad de crear leyes reside en un grupo
§  LA DEMOCRACIA: cuando la facultad de crear leyes reside en el pueblo
El concepto fundamental de Bodin es el de la soberanía que define como el poder absoluto y perpetuo de un estado; es poder absoluto aquel que no tiene que someterse a otro. Es absolutamente soberano aquel que después de Dios no reconoce a nadie superior. Y perpetuo se refiere a durante toda la vida de aquel que detenta el poder. Para Bodin la soberanía es absoluta, indivisible y perpetua. Todo estado debe tener soberanía como facultad suprema. Para él la monarquía era la mejor forma de gobierno al ser compatible con su concepto de soberanía
Dice que la característica del príncipe soberano es la de crear un orden jurídico: poder hacer las leyes generales y especiales sin el consentimiento de superiores, igual es o inferiores y si este necesitara el consentimiento de superiores, entonces el mismo sería un súbdito y no un soberano.
Sus aportes a la teoría del Estado, en particular mediante el concepto de soberanía, han sido de gran importancia para la modernidad y conservan en gran medida su valor. Los seis libros de la República es, pues, un tratado de filosofía política muy complejo y ambicioso.

Tarapoto, marzo de 2018.

BIBLIOGRAFÍA:

BERMEJO CABRERO, José Luis. Estudio Preliminar para la Edición en castellano de Los seis libros de la República de Juan Bodino. Colección Clásicos del Pensamiento Político. España: Centro de Estudios Constitucionales, 1992 – 2 Vol. 1181 pp. ISBN      8425909201, 9788425909207.

BUENO, Gustavo et al. Baltasar Gracián: ética, política y filosofía. Actas del Congreso "Etica, Política y Filosofía en el 400 Aniversario de Baltasar Gracián" (23 y 24 de noviembre de 2001). Pr. Alfonso Moraleja Juárez: “Baltasar y el impío bodino” pp. 111. España: Fundación Gustavo Bueno, 2002 - 170 páginas. ISBN: 84-9330676-5-2
Link E-book:
https://books.google.com.pe/books?id=2f3ky9UUio8C&pg=PA111&lpg=PA111&dq=matanza+de+san+bartolome+%2B+los+seis+libros+de+la+republica&source=bl&ots=OWmmSI3L8t&sig=xzsx4Pg6NEdawPPVz928hPoP2uk&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwj1x8rDxc7ZAhVFoFMKHb0tB34Q6AEIJjAA#v=onepage&q=matanza%20de%20san%20bartolome%20%2B%20los%20seis%20libros%20de%20la%20republica&f=falsehttps://books.google.com.pe/books?id=6D6RDQAAQBAJ&pg=PT57&lpg=PT57&dq=la+guerra+religiosa+%2B+bodin&source=bl&ots=Md1GWdw0xP&sig=SikIHiwT5gJYiSAjxGhA_FZ1OUo&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwjAxcrtiNHZAhWFzVMKHfTsCBQQ6AEIaTAK#v=onepage&q=la%20guerra%20religiosa%20%2B%20bodin&f=false

SANDOVAL ULLOA, José G.  Curso de Derecho Parlamentario. México: Innovación Editorial Lagares, 2015. ISBN Electrónico: 978-607-410-410-3  
Link E-book:






ANEXOS:
Anexo 1: Portada de la edición príncipe (1576) de Los Seis Libros de la República en francés.
Anexo 2: Portada de la primera traducción de Los Seis Libros de la República al castellano, hecha por Gaspar de Añastro Ysunza (1590).





[1] Correspondió al francés Jean Bodin (en 1572, cuarenta años después de que se publicó El Príncipe de Nicolás Maquiavelo) desarrollar el concepto de soberanía como elemento fundamental del Estado. Por un lado, Bodin vivió circunstancias distintas a las del autor florentino, pues frente a la atomización de Italia, Francia era una de las naciones mejor definidas del siglo XVI, pero a lo mismo tiempo semejantes, en virtud de que el país galo atravesaba por una guerra religiosa que amenazaba su unidad. Incomprensiblemente, Bodin utilizó el término de la república para referirse genéricamente a las organizaciones políticas de su época no obstante Maquiavelo ya había popularizado el uso de la palabra estado. En su obra “Los seis libros de la República”, expresa el autor: La soberanía es el poder absoluto y perpetuo de una república, al que los latinos llamaron maiestatem (majestad), los griegos suprema autoridad, poder el señorío régimen soberano de la polis, y los italianos segnoria, palabra que usan tanto respecto de los particulares como a propósito de quienes manejan todos los asuntos de estado de una república; los hebreos dicen: el que lleva el cetro, lo que quiere decir: el mayor poder de mandar.” (Sandoval Ulloa, 2015).


[2] Cuando Hobbes comenzaba a escribir su obra cumbre entre la década de los cuarenta y cincuenta del siglo XVII, Inglaterra se encontraba zambullida en plena Guerra Civil. El curso de los hechos llevaría a la victoria de los partidarios parlamentaristas y la derrota de los realistas. No obstante, los problemas ingleses no habrían hecho más que empezar, y las guerras civiles se seguirían hasta la llegada del protectorado de Cromwell entre los años 1653 y 1660. VALCARCE, Borja: El tercer sueño. “De la guerra civil inglesa al Leviatán”. 2007: http://ultimodespertar.blogspot.pe/2007/07/de-la-guerra-civil-inglesa-al-leviatn.html

[3] BODIN, Jean. Los seis libros de la República. Traducción de Pedro Bravo Gala. Madrid: Editorial Tecnos. Tercera Edición, 1997. ISBN: 84-309-1241-X.
[4] Pr. Alfonso Moraleja Juárez: “Baltasar y el impío Bodino” pp. 111. BUENO, Gustavo et al. Baltasar Gracián: ética, política y filosofía. Actas del Congreso "Ética, Política y Filosofía en el 400 Aniversario de Baltasar Gracián" (23 y 24 de noviembre de 2001).  España: Fundación Gustavo Bueno, 2002.
 



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